lunes, 16 de junio de 2014

Indómito y entrañable. El hijo que vino de fuera

Este libro escrito por el autor José Ángel Giménez relata la experiencia de Carmen y José Ángel  como padres adoptivos.  Ellos deciden adoptar a Toni, un niño de 10 años. Es víctima de maltratos por parte de su familia biológica, exceptuando a su hermana, que era la única que le daba cariño y  atención.  Ha sido un niño abandonado, nunca ha tenido un padre,  ha ido de familia en familia y ha sido  olvidado por las instituciones escolares puesto que no le dieron lo que necesitaba a su edad y no se adaptaban a sus circunstancias. A partir de la adopción, sus vidas cambiaron

Por lo tanto, lo que he aprendido sobre esta novela es que los niños adoptados tienen unas dificultades educativas y necesidades que les conlleva a que el proceso  de aprendizaje y desarrollo no sea el habitual en comparación con los otros niños. Muchos de ellos tienden a sentirse excluidos y desatendidos por parte del profesorado. 

Otro aspecto a destacar es que pienso que los maestros y padres adoptivos deberían trabajar conjuntamente para que el niño se adaptara, se integrara con facilidad y se sintiera cómodo, capacitado y motivado para su desarrollo social, personal y profesional. Asimismo, los docentes deberíamos comprometernos más con la vida de los alumnos, conocerlos más a fondo y de ese modo poder ayudarlos, comprenderlos y proporcionarles las necesidades o exigencias que requieran. Es más, darle ese soporte que necesitan para que no se sientan perdidos en su nueva vida. Tenemos que tener presente que muchos niños adoptivos proceden de otras nacionalidades y tienen sus costumbres, es decir, tienden a tener otra cultura. Muchos de ellos carecen de hábitos, habilidades y actitudes para valerse correctamente en su nuevo entorno de vida y es en ese momento cuando nosotros, como maestros y como nuestra labor educativa, debemos apoyarles, darles esa confianza y bienestar para que puedan conseguir aquello que se propongan.  

Además, como docentes debemos generar un círculo cercano a ellos, mostrarles que con esfuerzo y ganas todo se puede conseguir por muy difíciles que se pongan las cosas  en la vida. Tenemos que hacerles ver que aparte de ser maestros educativos también somos personas, que pueden contar con nuestro apoyo, que pueden confiar y expresar con libertad todo aquello  que sientan. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario